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David, del Porno a Masterchef 10

El reality show Masterchef lleva años triunfando en todo el mundo, desde su versión original a principios de los 90, hasta su expansión en la última década. De hecho, muy pocos saben que la primera emisión de este programa data de 1990, en Reino Unido. Aquella edición no tuvo mucho éxito, pero con el tiempo, la BBC decidió revitalizar el formato y traerlo de vuelta en 2005. Aquí sí que se cumplieron las expectativas, y el show se convirtió en todo un éxito, porque presentaba la cocina como una competencia divertida y extrema. El formato ha sido llevado a numerosos países, entre ellos España, y ha dado también lugar a una serie de programas sobre cocina que se han hecho  muy populares. De hecho, sigue siendo una de las principales bazas para las cadenas de televisión donde se emite, tanto en su versión “anónima” como en la de los famosos.

Masterchef nos ha demostrado que “cualquiera puede ser un gran cocinero”. Esto, obviamente, tampoco es cierto del todo, pero al ver el programa cualquier espectador se lo imagina. Quiere estar ahí, realizando unas pruebas que parecían complejas pero que al final, “no son para tanto”. Todos llevamos dentro un pequeño cocinero o cocinera que quiere salir a la luz, y estamos orgullosos de nuestras mejores recetas. Por eso, poner en liza a varios concursantes anónimos para que millones de personas les vean preparar platos es una idea que funciona tan bien. Cocinar es algo que todos hacemos en casa. No hace falta tener un talento especial, en realidad, solo mucha constancia y mucha paciencia. El carácter de los concursantes también es otro punto imprescindible para entender el éxito de estos formatos. Empatizamos con ellos, nos reflejamos en sus actitudes, en las decisiones que toman. Semana a semana, seguimos sus aventuras, sus retos, sus pruebas. Lloramos con ellos, reíamos con ellos, celebramos sus éxitos y sentimos sus fracasos. Pasan a ser celebridades de la noche a la mañana. Y eso puede llegar a ser complicado cuando tienes un pasado que tal vez no quieras que salga a la luz, como es el caso de David, de Masterchef 10 edición España.

Uno de los talent shows más populares

El programa, tras aquella primera edición fallida, retomó su mejor rumbo a partir de 2005 en Reino Unido, convirtiéndose en un éxito sin precedentes. Hoy por hoy es, junto a La Voz y Gran Hermano, el reality show con más ediciones en todo el mundo. Y es que no hablamos solo de Masterchef para adultos, sino también en su versión Celebrities, Junior e incluso Abuelos. El formato ha tenido un éxito descomunal en España, siendo líder de audiencia en su franja en prácticamente todas sus emisiones. Tanto que incluso ha generado un debate sobre lo adecuado de su horario, con protestas por parte del público al terminar el programa muy tarde, más allá de las dos de la mañana en muchas ocasiones. El talent ha sacado a la luz a grandes cocineros que hoy en día están entre los mejores profesionales del sector.

David, una historia de superación

El casting para llegar a participar en Masterchef no es precisamente sencillo. Y es que los creadores del programa saben perfectamente que los concursantes son el alma del talent show, y que un mal casting puede echar por tierra la emisión. Por eso buscan perfiles diferentes, exóticos, extravagantes, que puedan compatibilizarse con los demás, pero también tengan grandes diferencias. Gente carismática, divertida y animada, que de bien en cámara y pueda dar mucho juego en las pruebas que van a tener que realizar. En Masterchef 10 conocimos a muchos concursantes inolvidables, pero uno que llamó poderosamente la atención fue David, un emprendedor llegado desde Asturias que consiguió colarse en la final y terminar tercero en la edición.

David se presentaba como un hombre con un pasado turbio que no escondió en ningún momento. Aseguro haber estado metido en temas de drogas y adicciones, y haber necesitado la ayuda de sus padres para salir de ahí. Su historia conmovió a los espectadores, e incluso a sus compañeros, y su forma afable y llana de ser le convirtieron en uno de los favoritos del público. Su imagen fornida y sus tatuajes al principio parecían mostrar a un tipo mucho más “duro”, que sin embargo se desvelaba como un verdadero trozo de pan cuando se le conocía. Los prejuicios, ya se sabe. David logró conquistar el tercer puesto en su edición gracias a su constancia y a su pasión por la cocina. Pero hubo otro momento que le hizo tambalearse, y que también tenía que ver con su pasado…

Hizo porno con el nombre de Leo Gálvez

Al llegar a la televisión, David se convirtió en una celebridad casi desde el primer momento, cuando se emitió el primer programa de esta edición de Masterchef. Los concursantes saben que ese show es seguido por millones de personas, y que su privacidad va a verse afectada por esa nueva fama adquirida. Lo que tal vez no se imaginó es que iban a salir a la luz unos secretos de su pasado que incluso afectarían a su relación con su familia. Y es que David llegó a participar en numerosas escenas pornográficas, años atrás, bajo el seudónimo de Leo Gálvez. De hecho, estuvo involucrado en escenas con muchas actrices tanto nacionales como internacionales de primera nivel.

Cuando la noticia salió a la luz provocó una gran polémica. Y es que la historia de superación de David, que había comentado que desde hacía tres años cambiaba para ser la mejor versión de sí mismo, ahora incluía también un tabú como el porno. Rehabilitarse de la adicción a las drogas es algo que todo el mundo aplaude, faltaría más, pero nuestra mente todavía sigue siendo muy estrecha en lo que al porno se refiere. Además, los vídeos de David son muy fáciles de encontrar en la red, así que cualquiera puede acceder a ellos. El concursante se defendió afirmando que era uno de tantos trabajos que había realizado, y que estuvo solo unos meses dentro de esa industria porque necesitaba dinero fácil y rápido. Al final, pese a los problemas y polémicas que estas escenas le han traído, David ha conseguido sobreponerse.

Uno de los favoritos del público

El concursante afirmaba que después de una temporada muy oscura, con adicciones y varios problemas, decidió estudiar Integración Social para ayudar a personas como él. De hecho, ese era su trabajo antes de participar en el programa, dejando atrás la vida disoluta que le había marcado previamente. Separado y con un hijo, sus esfuerzos se centraban en ser mejor persona, la mejor versión de sí mismo, a través del ejercicio, del trabajo y de la integración. Su carisma consiguió ganarse al público y fue uno de los favoritos de la edición, logrando ser salvado en varias ocasiones y llegando a la final, que finalmente se llevó María Lo Gómez, la gran favorita.