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Menús de boda ¿cómo elegir el más adecuado?

Casarse es una de las experiencias más bonitas que existen, tanto por el compromiso que firmamos con la otra persona, sellando nuestro amor con la intención de que sea eterno, como por la propia fiesta y la celebración que realizamos con todos nuestros amigos y familiares, en un día absolutamente inolvidable. Precisamente por la importancia del evento y por su magnitud, en muchos casos los novios llegan exhaustos a la propia boda, después de haber tenido que organizar absolutamente todo, con un gran desembolso económico y con la presión de querer que todo salga perfecto en cada momento. No se trata solo de disfrutar, sino de quedar bien con los invitados, de deslumbrarles con todo lo que hemos preparado. Y eso no es precisamente sencillo, a no ser que nos esforcemos mucho por llevar la boda a un nuevo nivel.

Hay que buscar el lugar para la ceremonia y también el sitio para el convite, encontrar un buen grupo que anime la noche, decidir la lista de invitados (uno de los momentos más peliagudos de todos los preparativos?, y por supuesto, escoger también el menú de la boda, desde el cóctel que se servirá a la llegada al lugar del convite hasta el postre con el que se terminará la comida. Como el resto de cosas del enlace, todo debe ser perfecto en el menú, y henos de pensar no solo en nosotros y nuestros gustos, sino en los de nuestros invitados, así  como en nuestro propio presupuesto para poder conseguir todo lo que queremos sin venirnos tampoco muy arriba. Aquí te vamos a dar algunos consejos muy útiles sobre cómo elegir el menú más adecuado para tu enlace, y que todos hablen de lo bien que comieron en tu boda, como un recuerdo tan imborrable como tu propia traje o vestido.

Variedad de bebidas

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Tanto en el cóctel de bienvenida como en la barra libre, si la hubiera, debemos disponer de diferentes bebidas para adaptarnos a los gustos de todo el mundo. El alcohol estará representado por la cerveza y el vino. Si tampoco tenemos tanta experiencia, buscaremos a algún amigo que entienda de vinos y nos ayude a elegir diferentes variedades, para que ningún invitado se quede sin su copa favorita. Los refrescos y el agua deben ser opciones imprescindibles también, tanto en el cóctel como posteriormente en la comida. Por último, en la barra libre ofreceremos todo tipo de combinados, así como algunos cócteles especiales como el mojito o el daiquiri, que siempre triunfan en este tipo de celebraciones. Lo importante es encontrar la variedad perfecta en las bebidas.

Organización del cóctel

Aunque para muchos es solo un preludio a todo lo importante de verdad, el cóctel de bienvenida puede dar ya una buena imagen de lo que vamos a encontrar en la boda, así que habrá que esforzarse también por conseguir que sea perfecto. Debemos ofrecer bebidas y aperitivos a nuestros invitados, pero sin pasarnos. Hay bodas en las que se come más en el cóctel que luego sentados a la mesa, y eso es un error. Un cóctel corto, de no más de hora y media, para que todos tengan tiempo de llegar y conocerse, es lo ideal. Podemos optar por colocar mesas con aperitivos, o pedir a los camareros que los vayan repartiendo en bandejas, algo más habitual y desde luego beneficioso para los propios invitados, que no tienen que cambiar de sitio para beber o comer.

Primer y segundo plato

Una vez hayamos terminado con el aperitivo llega el momento de entrar al salón y sentarnos para la comida más copiosa. Normalmente se colocan varios platos de chacina, gambas y demás en cada mesa, pero eso forma parte de los aperitivos. El primer plato llegará a la media hora de sentarse, y puede ser desde una sopa a un pequeño manjar que sirva para abrir el estómago pero no llenarlo. Es el momento de incluir esa receta innovadora que dejará a todos con la boca abierta por su originalidad y su sabor. En cuanto al segundo plato, lo natural es ofrecer carne o pescado, de gran calidad y en una cantidad suficiente para que nadie, por mucho que haya esperado, se quede con hambre. Son los platos estrella del menú así que hay que prestar especial atención en ellos.

Elección de postres

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Para muchos, el mejor momento de la boda. Los postres ofrecen un final dulce (antes del de la propia tarta, que también se sirve en la mayoría de convites), y aunque la mayoría optan por lo seguro, como algún dulce de chocolate, cada vez son más los que apuestan por otras recetas igualmente clásicas pero no tan habituales, como el tocino de cielo o el arroz con leche. El postre debería servirse, como mucho, dos horas después de empezar la comida, para que no se alargue hasta el infinito. En este caso se podrá dar a elegir entre un par de opciones a los propios comensales, disponiendo siempre de postres de sobra sea cual sea su elección. Lo difícil es quedarnos nosotros solo con esas dos opciones en la degustación del menú.

Precio de menú de boda

Si estás preparando ya tu boda o al menos estás empezando a mirar precios para el menú, el sitio, los fotógrafos y demás, ya sabrás de sobra que este tipo de eventos son extremadamente caros. Es habitual gastarnos mucho dinero en una boda, que luego tal vez recibamos de vuelta por parte de los propios invitados, pero tampoco hay que contar con eso al cien por cien. Compararemos precios en diferentes caterings y nos quedaremos con el que mejor calidad-precio nos ofrezca. Habitualmente los menús empiezan en torno a los 70 euros, pero pueden llegar a más de 200 euros por invitado, dependiendo del tipo de menú que hayamos escogido, de la calidad de la comida, de las bebidas que utilicemos, etc…